lunes, 7 de junio de 2010

Fútbol manifesto


Esta semana comienza el mundial, el viernes 11 exactamente, y es justo que sepan que a partir de ese glorioso día y durante un mes entero yo ya no seré yo. Volveré a serlo, con suerte, luego de la final. Aunque es probable que tampoco, porque luego del mundial siempre me queda una sensación maciza de nostalgia y vacío (evidencia de que el cuerpo no se acostumbra a que también hay que vivir esa otra vida que dura 4 años y donde suelo tener otra personalidad).

Sirva el siguiente manifiesto a manera de declaración de principios de la persona que soy -y seré- durante el mundial.

-Todo el mundo se pregunta quién será el adicto que se levanta a las 6 de la mañana a ver un juego entre Nueva Zelanda – Corea del Norte (cosa que, incluso, ni a norcoreanos ni a neozelandeses les importa): pues ya le pueden poner cara al tipo.

-Estoy incapacitado, inhabilitado, genéticamente impedido a irle a Brasil. La única manera de que le vaya a la canarinha es porque juegue en contra de un equipo capitaneado por Diosdado Cabello, con Rafael Ramírez de delantero, Cilia Flores de arquera, Nicolas Maduro de central, Jorge Rodríguez de armador y el mismísimo de director técnico.

-Por favor, si algún día llega a ocurrir ese juego, yo necesito a alguien que me ayude a pintarme “Ordem e Progresso” en la cara y a coserme una bandera de Brasil en la espalda a manera de capa.

-Cualquier persona (por más querida que sea) a la que durante un partido se le ocurra llamarme, visitarme o interrumpirme por cualquier asunto extrafutbolístico, será depositario de mi más profundo desprecio. Esto durará hasta el pitazo final (y siempre y cuando gane mi equipo, de lo contrario no respondo).

-Si a alguien se le ocurre la gracejada de llamarme para burlarse porque eliminaron a mi equipo, automáticamente y sin mediar palabra le pondré al teléfono a mis perros Cacho y Rita. Y de ahora en adelante, cualquier cosa que me tengan que decir, hablen mejor con ellos.

-Si alguien encuentra la fórmula secreta para que, en este mundial, la consagración de Messi sea directamente proporcional con la humillación de Maradona, por favor me avisa; así sea a esas horas en que la gente decente no llama (ni atiende).

-España: es en serio, si este año –y con el equipazo que se gastan- tampoco es, por favor no vayan más. Absteneos.

-A los amigos de las banderitas en los carros: en serio que no se puede ir por Italia, Argentina, España, Brasil, Inglaterra y Alemania a la misma vez. Es como ir por el Barcelona y el Real Madrid en la liga española. O como declararse magallanero-caraquista, o como irle al River y al Boca Juniors en simultáneo, o como ser chavista pero desear que Uribe siga en el poder. Coño, un mínimo de congruencia, por favor.

-El fútbol es de los inventos más hermosos y significativos de la humanidad. Es una extraña metáfora hecha a patadas y cabezazos de lo que somos, para lo bueno y para lo malo. 90 minutos de lo sublime y lo patético. Es la vida pero a escala. Si a usted alguna vez se le han sudado las manos o se le ha arrugado algo en el estómago mientras mira un partido, sabe exactamente a lo que me refiero. Si no lo ha sentido pues al menos respete que los otros se lo sufran o se lo gocen.

-Que gane el mejor. Porque en el fútbol, como en la vida, no siempre los mejores ganan.