viernes, 20 de enero de 2012

Del Cyberpunk y la SOPA



“The future is already here — it's just not very evenly distributed”

William Gibson


“El futuro ya está aquí - sólo que no está equitativamente repartido” es una de las máximas de William Gibson, autor que fungiera como punta de lanza de ese subgénero de la ciencia ficción denominado cyberpunk.

El cyberpunk funcionó –y lo sigue haciendo- como una tendencia de la ficción especulativa que intentaba adentrarse en un futuro cercano. ¿Qué pasará con nuestras sociedades a la vuelta de unos pocos años? La respuesta consistía en extrapolar lo que preocupaba hoy para ver dónde nos podría dejar parados mañana cuando la situación se hiciera aún más crítica.

Gibson desde los años 80, en obras como Neuromante, Monalisa Acelerada y en sus cuentos compilados en Quemando Cromo, nos viene advirtiendo (entre otras cosas) del fortalecimiento de un estado paranoico, la simultánea formación de grupúsculos guerrilleros informáticos (mezclas de mercenarios con Robin Hoods), la incorporación de la tecnología a todos los ámbitos de la existencia (incluyendo, por supuesto, al propio organismo humano) y la batalla por el acceso a los contenidos (especialmente en los campos de la información mediática, la industria farmacéutica y los secretos de estado). Todo ello sumergido en una atmósfera asfixiante de contaminación, sobrepoblación, drogas químicas e injusticia social.

Gibson, así como muchos otros autores embarcados dentro del portaaviones del cyberpunk, se mostraron un tanto escépticos ante el fenómeno de la Red. Lo consideraron (y tal vez lo sigan pensando hoy día) como una falsa promesa de libertad y anarquía, pero que en el fondo no era más que otra herramienta tecnológica para que el Estado y los magnates de la Industria ejercieran sus mecanismos de control sobre los ciudadanos de a pie. Sólo la presencia de los altruistas guerrilleros cibernéticos sería capaz de cambiar las reglas del juego para “repartir el futuro de una manera equitativa”. La información y el acceso a la data se convierten así en la nueva moneda, hay que filtrarse entre los sistemas de seguridad de quienes ostentan pública y privadamente el poder, robarles el “tesoro” y repartirlo entre los “pobres”. Obviamente, dentro de ese panorama de guerrilleros cibernéticos hibridados con neomercenarios, surgirán nuevas mafias, nuevos negocios, se radicalizará por una parte la paranoia de los poderosos y por otra la anarquía de quienes se les oponen. Y la tecnología, como siempre pasa, pero ahora más aún, al tiempo que resuelve algunos problemas indefectiblemente creará otros nuevos.

Los años dieron entonces la vuelta que debían dar y los vaticinios del cyberpunk, en muchos casos, se cumplieron. Para ejemplo la guerra por el control de la data que ahora mismo se está librando entre los partidarios de la SOPA (Stop Online Piracy Act) y colectivos de hackers que abogan por una Red libre como es el caso de Anonymous. La Industria y el Estado se enfrentan entonces contra los Johnny Mnemonics del orbe. En otras palabras, el sistema que ha estado acostumbrado a regir el mundo con sus leyes y para su propio provecho saca las garras y da sus últimas pataletas de ahogado ante la proliferación de individuos y colectivos que les quieren robar su tesoro.

Hay un caso que se me antoja especialmente significativo: en el año 2007 la banda inglesa Radiohead dio un golpe en la mesa que hizo tambalear a la industria discográfica mundial. Radiohead decidió, el 10 de octubre de 2007, colgar su séptimo álbum, “In Rainbows”, en su portal web dándoles a los visitantes la opción de descargarlo de manera totalmente gratuita o pagando por él lo que consideraran justo. Millares de aficionados al grupo optaron por descargarse el In Rainbows sin pagar un céntimo, muchos se inclinaron por pagar el equivalente a 5 libras esterlinas y no fueron pocos los que depositaron 12 libras (precio promedio en el que se vendía un disco nuevo en una discotienda inglesa para la época). Y todo el dinero, cada centavo que se pagó por medio de ese sistema online, fue a parar directamente al bolsillo de los músicos sin que ningún intermediario se llevara las arcas. En los anteriores 6 discos de Radiohead, Thom Yorke y compañía se llevaron apenas el 5% de las ganancias mientras que la disquera se quedó con el 95% restante.

Los partidarios de la dichosa SOPA se escudan detrás de una supuesta defensa que aboga por los derechos intelectuales y por el respeto al copyright de los “dueños” de la obra. No seamos ingenuos, esos señores lo que quieren es que el mundo les siga garantizando su 95% de ganancias y que todos nos quedemos contentos con la repartición del otro 5% (que generosamente están dispuestos a cedernos). Una vez más, el futuro que ya llegó hace rato pero se empeña en no ser repartido de manera equitativa.

Ayer el FBI, a pesar de que SOPA aún no ha sido aprobado ni mucho menos entra en vigencia, cerró el portal de intercambio y descarga de archivos de Megaupload y puso bajo arresto a varios de sus trabajadores. Inmediatamente Anonymous contraatacó y se encargó de hackear varios portales del gobierno de los Estados Unidos y de Francia, así como de la industria cinematográfica y discográfica. Es como si un elefante hubiera embestido contra un panal de abejas africanas, y en su soberbia y descomunal torpeza no calculó jamás la dimensión de la revancha que se tomarían los pequeños.

El elefante, ahora más que nunca, parece estar encerrado en una cristalería al tiempo que es atacado por un enjambre de abejas mutantes que le asestan por todos los flancos sus aguijonazos metálicos que inoculan toxinas químicas.

Esperemos a ver si el mastodonte recula y se reinventa en nuevos negocios, que se dé cuenta de una vez por todas que el mundo cambió y que el 95% de papilla al que ha estado acostumbrado no es posible ya, de lo contrario le van a salir hackers hasta en la sopa y su proceso de fosilización se verá drásticamente acelerado.


5 comentarios:

Hans Graf dijo...

Fabuloso como siempre...aunque no hubo chance de vernos...siempre es un placer leer lo que escribe amigo...

Anónimo dijo...

Que actual,inteligente y profesional tu reflexión,C.Casano

Unknown dijo...

Reculara, reculara el mastodonte ante la rebelión de las “abejas” y esperemos que esta vez los rebeldes no terminen siendo los cerdos “Snowball y Napoleon” de la granja de Orwell, yo por mi parte sospecho de “Johnny Mnemonic” por ser en su momento un orgullo de “Sony Corporation”.
Bueno, excelente post.!
Saludos
Ángel

rocio dijo...

Standing ovation!

Jose Urriola dijo...

Amigos,
Muchas gracias por sus lectura y comentarios. Es un placer y un honor. Un abrazo